Una despedida con nuevo inicio

 Queridos lectores y almas afines,


Hoy me encuentro en el umbral de un viaje que ha estado fermentando dentro de mí por demasiado tiempo. Es momento de liberarme de las cadenas del silencio y compartir un pedazo de mi corazón con todos ustedes. Mi pasión por la poesía y la literatura siempre ha sido una exploración visceral y sin excusas de las realidades crudas de la vida. Es mi mayor honor ofrecer este regalo al mundo, un obsequio que no tiene falsas apariencias ni adornos, sino que abraza la verdad en toda su espléndida sencillez.

A través de los versos que tejo, busco desenterrar la profunda belleza que se esconde en los rincones más oscuros de la vida. Mi poesía no se adorna con palabras floridas ni se pinta con ilusiones azucaradas; en cambio, se yergue con valentía en su forma cruda, reflejando sin temor la experiencia humana: las alegrías, las tristezas, el amor, las desilusiones y todo lo que hay en medio.

Es dentro de la profundidad de esta realidad, sin adornos, donde encuentro consuelo, un lugar donde mis palabras se convierten en un espejo que refleja la esencia compartida de nuestra existencia. Mis versos no son meras palabras sobre un papel; son un grito de empatía, una llamada a la conexión y un abrazo a nuestras vulnerabilidades colectivas.

En un mundo muchas veces velado por apariencias y superficialidad, me esfuerzo por ofrecer algo diferente: un vistazo desenmascarado a la condición humana. Al abrazar la autenticidad cruda de la vida, descubrimos la profunda intensidad de nuestras emociones y la fortaleza en nuestra vulnerabilidad.

A medida que me embarco en este viaje de introspección, los invito a cada uno de ustedes a unirse a mí. Atravesemos juntos los territorios inexplorados de nuestras almas, mano a mano, y descubramos juntos la belleza en el caos. Este espacio no es solo mío, sino nuestro: un espacio íntimo donde podemos encontrar consuelo, comprensión e inspiración.

Así que, queridos amigos, prepárense para un viaje lleno de emociones. Les prometo no retener nada, mostrar las emociones que residen en mi interior y compartir la verdad sin filtros del sorprendente tapiz de la vida.

Gracias por estar aquí y por dar la bienvenida a mi regalo al mundo. 

Os espero en Srta. Jamet, un abrazo gigante.


Con amor,

Sarah

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