Amar y morder.


Siento que después de tantos años ya no me van quedando cosas pendientes conmigo misma. El tiempo por si solo nos lapida, las miradas te quiebran perdiéndose nuevamente en un olvido interno. No me arrepiento de las cosas que hago, más bien aprendo de ellas. En cambio, si lo hago de las que no, de no tener valor por evitar un conflicto mayor. A decir verdad, prefería no ser yo al defenderme cuando dolía. Hablar de más, cuando palabras no merecían. Mi voz se encuentra perdida.

Mis textos no quieren permanecer en el exilio. Sabes, después de todo tenías razón, nunca supe valorarme como merecía. Aprendí gracias a ti a creer en mí y te amo por ello. Nadie apuesta por nada a la cara.
Encuentras el valor para juzgarme. Sí, pero después lo pierdes tu mismo traicionando tu interior. Vivir en una realidad aumentada es la mayor de tus virtudes.
Tu cabeza no merece ese corazón y el jodido trato que le brindas. Aquel entorno cercano tampoco.

Jugadas ponzoñosas encaramadas a la mentira. El sentirse una gota de miseria en el rocío e intentar olvidarlo.
Engañarme a mí fue de las cosas más simples que te tenía deparada la vida. Vivir en una mentira y no verlo, es mayor condena que amarme. Las palabras pueden llegar a olvidarse, los actos no.
Amor era ese cielo en el que creía. Bajándose el mismo del olimpo que no creía merecer.
Al menos no conmigo, en otros cuerpos buscaba su luz, siendo desconocedor de la interna. Ahora lo veo más como una linterna que usa tus pilas para encender su luz frente al mundo.

Quiso asustarme con su drama, embelesar mi alma con sus falsas metas, perderme en su mirada fugaz.
No lo consiguió. Conociéndote más. Enamorándome de tus manías, tus errores, tu vida. Amar tu cobardía ante el enfrentamiento a la verdad. Aprender de tu maestría para evadir las respuestas junto con su responsabilidad. Saco la poca negatividad que queda en mi cabeza, es momento de soltar.
Estoy en una de esas fases de crecimiento mental en las que necesito un descanso, un alivio, escucharme.
Mi interior se cuestiona todo nuestro tiempo, una alianza, un supuesto amor. Siempre me paro a buscar lo bueno en el intrínseco de las situaciones.

Mi crítico interior recoge su pluma. Con el nombre de amar y morder bautiza esta tertulia.

Sarah Jamet Martínez.

Comentarios

  1. Gracias, por hacernos disfrutar de ese golpe de pluma que tienes, sigue así, regalándonos esos ríos de palabras que nos hacen pensar y reflexionar
    Muchas gracias

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  2. Precioso Sarah ¡Qué sincero! Encuentro muchas cosas buenas en tus palabras y es tremendo (así lo reconozco) el ejercicio que has hecho para expresarlas. Consigues reflejar un sentimiento que es muy profundo y difícil de identificar. Felicidades. Estaré atento a lo que continúes publicando.

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  3. Buen comienzo 'bloguero'. Precioso. Felicidades y mucha suerte.

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